Esta es una entrada especial para mí, quiero enseñaros dos de mis primeros trabajos de patchwork pero también contaros como me siento. El sábado se marchó mi hija mayor al extranjero a vivir. ¿Os imagináis cómo estoy?. Sí, como muchas madres que ven a sus hijos machar por tema de trabajo. Aquí me tenéis con una mezcla de sentimientos. Estoy triste y alegre, alegre porque sé que mi hija está bien, las condiciones con las que se ha marchado son inmejorables (se que no debo quejarme), va a estar con su tío, estrena casa, su pareja se ha ido con ella , los dos van a tener un buen trabajo.... pero estoy triste porque está muy lejos (Ecuador) y van a pasar meses hasta que ellos puedan venir o nosotros ir. En fin, menos mal que tenemos las nuevas tecnologías y haremos uso del skype y el whatsapp.
Como os podéis imaginar llevaban las maletas a tope, les hice unas cosas de cartonaje que ella quería (agendas, carpetas..) pero quería darle alguna sorpresa y además no podía ocupar mucho en la maleta, así que se me ocurrió hacerle algo de patchwork.
Llevo varios meses aprendiendo esta técnica, no tengo grandes pretensiones pues la falta de tiempo no me permite hacer ningún gran trabajo pero si hacer pequeñas cosas que me sirvan de relax y entretenimiento. Os puedo decir que me encanta, siempre me ha gustado bordar, coser (a mano, no tengo ni idea de coser a máquina) y quería aprender a hacer bien las aplicaciones.
Lo primero que pensé es en hacerle un neceser (como si no tuviera mil, jaja pero ya sabéis... cosas de madre), también en hacer un mug rug para que cuando tome un café o un te se acuerde de mí. Los motivos de ambas cosas tienen su significado y os podéis imaginar la llantina que nos entró cuando lo vio.
Os pido disculpas por esta entrada tan larga pero quería contaros un poco como me siento, espero que os guste mis dos pequeños trabajos y os doy mil gracias por estar ahí.
